El proyecto aborda la llegada del metro como una oportunidad para tomar un punto de alta circulación de estudiantes por la multiplicidad de institutos técnicos y universidades cercanas para proveerles espacios de interacción y encuentro que giran en torno a una actividad propia de los estudiantes y jóvenes: La Música.

Está ubicado en el barrio Chapinero, precisamente en donde confluyen la Avenida Caracas y la Calle 45. Las consideraciones principales para la elección de este lugar son el entorno académico que este sector ofrece, su potencial para densificarse, su fácil acceso, la llegada del metro elevado, pero esencialmente su carencia de espacio público.

Estas dos últimas variables fueron fundamentales para dirigir mi proyecto hacia el Paso y el Encuentro. Con respecto al Paso, la intervención pretende ser una transición sensorial entre el nivel de calle y el metro elevado, de manera que examina las nociones fundamentales del recorrido como experiencia; mientras que a su vez se relaciona con el interior y las actividades, sea visual o participativamente. 

El Encuentro, por su parte, está vinculado al propósito de crear un equipamiento para la ciudad, para lo que contempla la actividad musical como una fuerte dinámica social que fomenta la confluencia de personas y una oportunidad para que la incidencia del sonido empiece a estructurar el proyecto. Con respecto a esto y como estrategia principal, el proyecto plantea un control de las corrientes sonoras a través del espacio que actúan como parlantes urbanos, acompañan el recorrido y atraviesan el edificio verticalmente configurando patios que nutren al proyecto con luz, agua y naturaleza.